EL IMPACTO DE LA DESALACIÓN PARA PALIAR LA FALTA DE AGUA EN EL PAÍS

El uso de agua desalada surge como una respuesta para hacer frente a la crisis hídrica gracias a su potencial para abastecer consumos industriales, humanos y agrícolas. ¿Cómo avanza esta industria en Chile?

“Tenemos la suerte de contar con más de 6 mil kilómetros de costa. Tenemos una geografía que nos permite contar con una fuente que, desalándola, solucionaría gran parte de los problemas”, afirma Angélica Rivera, directora de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (Aladyr), quien añade que, teniendo los conocimientos y haciéndolo de forma sustentable ,“la desalación es una fuente alternativa que garantizará el agua necesaria tanto a la población como a las diferentes industrias”.

De hecho, en los últimos cinco años, los proyectos de desalación han tenido un gran desarrollo, con un crecimiento de un 88% respecto de las iniciativas aprobadas anteriormente, y las plantas multipropósito avanzan como solución para abastecer consumos industriales, humanos y agrícolas en medio de la megasequía que vive el país.

“Las plantas multipropósito son esenciales para mitigar rápidamente la crisis hídrica, pues con un solo gran proyecto es posible abastecer a más de un sector. Este concepto tiene una alta viabilidad en nuestro país”, asegura Arturo Errázuriz, director y presidente del Comité de Comunicaciones de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades), para quien la desalinización y el reúso de aguas residuales son soluciones concretas para complementar o reducir la brecha de aprovisionamiento hídrico que enfrentan numerosas comunidades y fuentes de trabajo de la zona central y norte del país.

“La necesidad de agua para consumo humano ha cumplido un rol fundamental en el desarrollo de la desalinización”, comenta Hugo Lecaros, gerente de Asuntos Corporativos de CRAMSA, haciendo alusión a las desaladoras que operan exclusivamente para la producción de agua potable instaladas en las regiones de Antofagasta y Atacama. “Si bien las desalinizadoras aportan del orden el 1,5% de la capacidad instalada a nivel nacional, son aportes que están siendo relevantes a nivel local y son ya una realidad en el sector sanitario chileno”, complementa Jorge Rivas, superintendente de Servicios Sanitarios, adelantando que ya se encuentran en estudio y construcción cuatro plantas más de este tipo.

La autoridad explica que las principales dificultades en torno a la operación de una planta desaladora son el suministro eléctrico y conexiones, por lo que el avance en materia de construcción debe ir de la mano con la incorporación del uso de energías renovables. Una visión compartida por los representantes de la industria, quienes señalan que es necesario agilizar los trámites y dar prioridad a los proyectos.