Diario Financiero

El economista PUC y director ejecutivo de la Fundación para el Progreso critica los últimos pasos de esta eta

La CAM y Espacio Público

Esta semana muchas personas se espantaron con las declaraciones de Héctor Llaitul, líder de la CAM, quien hizo un llamado explícito a organizar una resistencia armada contra el Estado de Chile. Es bien tarde para espantarse con las declaraciones de este señor que ahora le declara la guerra a Chile, pero se entiende. Mucha gente ha hecho oídos sordos al caos que se vive en la Araucanía. Había que “atender las verdaderas causas” y no reprimir la violencia, ya que eso era un simplismo, una reflexión de “universitarios cota mil, desconectados de la sociedad”.

Las ideas del subsecretario Ahumada

El subsecretario Ahumada contó su idea de consultar públicamente qué debe hacer Cancillería en materia económica y Mario Marcel salió a desautorizarlo. La canciller Urrejola le bajó el perfil al principio, pero luego salió a decir que no tenía por qué andar pidiendo permiso a Hacienda para hacer consultas ciudadanas. Esto último es obvio, ya que ningún ministro tiene que andar pidiendo permiso para decir o hacer muchas cosas, pero la política es por lo general algo diferente a un almuerzo neoyorquino con amigos consultores del Banco Mundial hablando sobre lo increíble del viaje entre Camerún y Gabón; la última fiesta de los familiares de Gadafi o el último paper de Fukuyama en Foreign Affairs, donde detalla lo mismo que dijo en Ginebra. Y más aún cuando se es gobierno.

¿defender los derechos humanos u obligarnos a hacer consultas indígenas por haber ratificado el Convenio 169? También le molesta la liberalización financiera internacional y defiende la creación de los bancos de desarrollo, sin documentar científicamente qué exactamente sería mejor para nosotros los chilenos y qué malo tiene ahora nuestra CORFO que opera como esos bancos -mostrando apenas uno que otro “documento de trabajo”, a la Mazzucato-. Su entrevista hace unos meses a El Mercurio fue calificada como “de la más torpes que he leído” por el convencional Felipe Harboe. Ahumada, además, defiende ideas increíbles como la siguiente: nuestra economía debería potenciar los “emprendimientos colectivos” por sobre los “emprendimientos individuales”. Eso es lo mismo que decir que hay que potenciar el deporte por sobre los fantasmas que cantan Iron Maiden en las noches. Es simplemente una invención mental, ya que no existen “emprendimientos individuales”, todos son colectivos, pueden ocurrir entre amigos, familias o dentro de una empresa, donde además siempre colaboran diferentes agentes, ideas y proveedores; en todos se pagan impuestos con los que le pagamos a jueces y licitamos autopistas; unos se financian con bancos y otros con el Estado; a veces colaboran con científicos y otras con artistas. En fin. Esa dicotomía es inexistente, un invento, es un simple juego de palabras utilizado quién sabe para qué, quizás para sentirse mejor persona entre sus amistades.

Termina la Convención

Se acaba el trabajo de la Convención a la espera de los trucos retóricos de Fernando Atria para tergiversar todo lo que ésta diga y, de aprobarse ese borrador, los chilenos nos quedaríamos sin la posibilidad de crear colegios, a diferencia de los pueblos originarios, a quienes se les reconoció explícitamente ese derecho en conformidad a sus costumbres y cultura. Se rechazaron todas las indicaciones que explicitaron el mismo derecho para quienes no eran indígenas. Un delirio.

CURATORÍA POLÍTICA

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2022-05-15T07:00:00.0000000Z

2022-05-15T07:00:00.0000000Z

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