VIAJES A RÍO, DUBÁI Y LONDRES, Y LA CONQUISTA DE ARAMCO: CÓMO SOUTHERN CROSS VENDIÓ EL NEGOCIO DE DISTRIBUCIÓ
Por maría josé lópez
El viernes Southern Cross cerró una transacción que venía planeando hace dos años: la venta de Petrobras Chile. El comprador terminó siendo Aramco, de Arabia Saudita, la tercera empresa más grande del mundo. Detrás de esto está Jaime Besa, ingeniero civil de 41 años que antes trabajó en Drake junto a Nicolás Ibáñez. Aquí, conocedores de la operación detallan el camino recorrido para concretar el deal, calificado por expertos como “el negocio del año”.
Jaime Besa y Raúl Sotomayor estaban en Londres, participando en el Chile Day, cuando Diario Financiero publicó la noticia: la empresa de Arabia Saudita Aramco -la tercera compañía más grande del mundo- estaba ad portas de quedarse con Petrobras Chile. Varios de los asistentes al encuentro en Inglaterra -que reúne al mundo privado local y a diversas autoridades con inversionistas de ese país- se acercaron a ambos profesionales. Southern Cross, la firma de la cual ellos son socios, estuvo detrás del deal que es catalogado como “el negocio del año”. “Una de las transacciones de private equity más importantes que se han hecho en Chile”, acota un conocedor. Personas al tanto cuentan que, pese a que las tratativas se diseñaron en conjunto, fue Jaime Besa quien tuvo un rol protagónico, pues es él quien preside Esmax, la matriz de Petrobras Chile, la tercera cadena de combustibles y lubricantes en el país. De hecho, quienes lo conocen, cuentan que durante toda la mañana del viernes 15 trabajó en el cierre del acuerdo que se confirmó al mediodía en Chile -3 de la tarde en Londres- a través de un Hecho Esencial en el que Ameris Capital Administradora General de Fondos informaba la compraventa de la totalidad de acciones de Esmax a la empresa Aramco Overseas Company. El deal se selló con un almuerzo -en el que hubo discursos, abrazos y brindis entremedio de degustaciones de pescados y todo tipo de preparaciones- en un salón privado de un restaurant cerca de la oficina de los árabes, en Mayfair, un barrio de Londres, y al que asistieron cerca de 15 personas, todos quienes tuvieron un rol activo en la transacción. Entre ellos, Besa y Sotomayor, además de Mansour Al Turki, Nader Douhan, Mohammed Al Qahtani y Yasser Mufti de Aramco (este último es el máximo líder). También hubo tiempo para tomarse fotos con los socios de Aramco.
El inicio
Fue el 2015 cuando llegó a la mesa de Southern Cross -firma que también tiene como socio a Norberto Morita- la opción de comprar Petrobras, compañía que entonces llevaba siete años de operación en el país y que tras adquirir Esso Chile, acordó la venta de sus activos. Dicha compra se concretó en 2016, en una operación que significó unos US$ 470 millones. Justo en 2015 Southern Cross -entre cuyas inversiones más llamativas en Chile están la compra de La Polar en 1998, Supermercados del Sur, Essbio, entre otros proyectos energéticos- sumaba en sus filas a un nuevo socio: Jaime Besa, ingeniero civil de la UC, quien antes se había desempeñado en el Deutsche Bank y luego en Drake. En la firma de Nicolás Ibáñez estuvo detrás de dos grandes negocios: la segunda etapa de la venta de Lider aún en manos de los hermanos Nicolás y Felipe Ibáñez a Walmart, y la adquisición de Papa John’s. Luego desde Southern Cross, fue Besa quien lideró -siempre en conjunto con sus socios- la transacción con Petrobras, lo que, según cuentan conocedores, implicó más de 20 viajes a Río de Janeiro en dos años.
Una vez concretada la compra por Southern Cross, la empresa se dividió en tres áreas: la inmobiliaria, a cargo de Patricio Ábalos, y que incluye que a través de la sociedad Baker mantendrá la propiedad de 95 sitios en arriendo a Esmax. La de infraestructura, donde Southern Cross seguirá con su participación en Sonacol, y en SIAV, la red de almacenamiento de combustible para aviones en el aeropuerto de Santiago. Y por último, la distribuidora de combustibles, que cuenta con 300 estaciones y 150 tiendas de conveniencia, a cargo de Carlos Larraín.
Lo que ahora se vendió a los árabes, fue precisamente este último negocio. “La estrategia fue comprarla y separarla. Están vendiendo la primera pata. Y todavía les quedan dos grandes”, aclaran personas al tanto que explican que ese proceso sigue su curso, y que debiera haber novedades pronto. Aunque la cifra se mantiene en reserva, conocedores de este tipo de negocios estiman que la transacción habría bordeado los US$ 400 millones. “Es decir, es un negocio enorme, enorme: se vendió uno de los tres giros, por casi lo mismo que se compró la empresa completa”, acota un experto.
El viaje a Aramco
Como en todo negocio de private equity, que es a lo que se dedica Southern Cross, la idea de una compra, es vender después. Y vender mejor. Para diseñar aquel plan, Besa junto a Southern Cross armaron un equipo nuevo en Petrobras y, en 2021, comenzaron a pensar en posibles compradores. Se hizo un estudio del mercado internacional, y fue así como aparecieron nombres e interesados, y se llegó a una lista corta en la que estaba, además de Aramco, Enap. ¿Cómo fue que llegaron a ellos? Cuentan que cuando Besa conoció el tamaño de esta empresa -que hasta ahora no tenía presencia en Latinoamérica- se propuso alcanzarlos. Y lo hizo, hace dos años, a través de un contacto que tenía en Motiva, gigante norteamericano y filial de Aramco en EEUU. Así, después de viajes para allá y para acá, consiguió una reunión en Dubái con parte del equipo. Aquello, dicen conocedores, habría ocurrido hace un par de meses y fue el inicio de un complejo deal -se trata de una empresa estatal, que mezcló un gap cultural, negocio con jeques, además de la brecha del idioma- que terminaría este viernes 15, un día después de concluido el Chile Day.
“El plan inicial era sellar todo antes, pero como es una operación de una enorme complejidad y con tantos involucrados, se atrasó”, comenta una persona de este mercado. Otro agrega: “De Chile, no sabían prácticamente nada. Era un destino que no tenían en el radar”. Por esto, fueron claves los equipos que trabajaron, entre ellos, el abogado de Claro y Cía., Juan León.
Quién es Jaime Besa
Quienes conocen a Jaime Besa (41 años, casado, cuatro hijos) cuentan que fueron sus estudios de Políticas Públicas en Harvard, lo que le dio buenas herramientas para un negocio de esta envergadura. Ahí aprendió sobre cómo potenciar el desarrollo en países y, a lo que él se dedica hoy, desarrollar empresas. Besa además es MBA del MIT, y sus compañeros del Tabancura lo recuerdan por haber salido con promedio 7 del colegio.
A las 7 de la tarde del viernes, voló de vuelta a Santiago. Quienes han conversado con él cuentan que, además de estar muy contento por el tamaño del negocio, le alegran las oportunidades que se abren en Chile, pues Aramco es una emprensa con enorme espalda -US$ 2,8 trillones-, con mucho interés de invertir en este nuevo destino, y que en el sector energía e hidrógeno verde, tiene muy buenas opciones. “Tienen plan para crecer. Es la estrategia global de Arabia Saudita, del reino, que ha tenido mala imagen, y que ahora quieren revertir. Por eso están detrás de este tipo de inversiones y del equipo de fútbol, por ejemplo. Por eso es tan relevante para el país, porque es una señal de inversión extranjera en Chile en un momento difícil”, comenta un conocedor de la compra. ¿Cómo seguirá el rol de Besa en Petrobras? Aún está en duda si mantendrá vínculo, Lo que sí está claro es que el equipo chileno se queda con los árabes y que ven con buenos ojos el proceso de libre competencia que ahora se abre. “Aramco no tiene nada en la región, así es que no hay riesgo de monopolio por acá”, dice un experto. Los socios de Southern Cross, a su vez, preparan un viaje ojalá dentro de este año a Dhahran, donde está la casa matriz de Aramco.
COFFEE BREAK
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2023-09-17T07:00:00.0000000Z
2023-09-17T07:00:00.0000000Z
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Diario Financiero