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“La percepción de que el acceso a la justicia es un privilegio se ha disparado en la pandemia”

En diciembre pasado, la Fundación Pro Bono dio un giro radical cuando celebraba 20 años desde su creación. Su impulsor y presidente por cerca de 18 años, Pablo Guerrero, dio un paso al costado y el directorio de la entidad de voluntariado legal –que hoy reúne a 45 estudios jurídicos y 15 fiscalías de empresas- resolvió nombrar a Macarena Ravinet (44) en el cargo.

No es casualidad que sea ella la que tome la batuta de la organización. Justamente esta profesional, formada en GuerreroOlivos y parte del grupo de socios fundadores que recientemente lanzaron la oficina de Cuatrecasas en Chile, viene a encarnar la renovación de la entidad, que tiene por delante asumir desafíos complejos en una sociedad bastante distinta a la que vieron en sus orígenes.

“Algo que nos enseñó la pandemia, y meses antes, la crisis social, es que hoy en día tenemos que mirar a la empresa, las finanzas y la sociedad de manera integrada. Ya no se mira el negocio como una arista, hoy hay que ver la inversión como un todo: ves el retorno, pero también verlo en términos sociales, ambientales y de gobernanza”, dice Ravinet y agrega que son estos aspectos, que tienen relación con los criterios del ESG -enfoque que incorpora factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo en la toma de decisiones-, los que también quiere traspasar a la gestión de la Fundación Pro Bono.

¿Qué la motivó a asumir tal desafío? Sin titubear señala que, desde que partió su carrera profesional ha sido una “obligación ética vinculante” aportar con su trabajo a la comunidad.

“Desde que comencé a trabajar he estado ligada a la fundación y desde hace tres años pertenezco al directorio y ahora me llegó este nombramiento. Debo decir que son estas cosas imposibles de rechazar, y es un honor poder llevar a la fundación a nuevos desafíos de lo que viene en los próximos 20 años”, agrega.

En este reto no está sola. El directorio sumó nuevos integrantes que también representan el recambio generacional de la institución.

Así de la mano de Macarena Soto de Falabella, Benjamín Grebe de Prieto y Loreto Bresky de Inapi y junto a los miembros más antiguos de la mesa (Verónica Undurraga, Ciro Colombara, Matías Insulza y Rony Jara) buscan dar una señal hacia los estudios de abogados, fiscalías y mundo público para lograr “que los abogados de la red tomen más causas y más desafiantes”.

Lo anterior se suma a otros dos objetivos, que son sumar a nuevos miembros, particularmente fiscalías de empresas y también influir en la agenda pública, entregando una mirada técnica a los temas en los que están involucrados, como inmigración, diversidad, entre otros.

Fortalecer la institucionalidad

Para lograr tales metas, Ravinet detalla el trabajo que han realizado en este tiempo. “Luego de hacer un scanner a lo que hace la fundación y lo que queremos seguir haciendo (nuestros pilares fundamentales), lo segundo fue darle una institucionalidad más potente. Estamos clarísimos que se vienen todos los temas de transparencia y financiamiento, por lo que hicimos fue una modificación de estatutos, todo un proceso de compliance y ordenar bien la casa”, asegura.

Menciona que, además, se encuentran en una campaña para hacerse parte del proceso constituyente y paralelamente, asumir los desafíos ESG, donde –enfatiza- es clave conectarse con las inquietudes de las nuevas generaciones, particularmente los abogados de entre 20 y 40 años, que “ya no desintegran su vida profesional de su pasión y el anhelo de igualdad y acceso a la justicia, por lo tanto, tenemos este llamado de poder dotarlos de

“Los abogados de entre 20 y 40 años ya no desintegran su vida profesional de su pasión y el anhelo de igualdad y acceso a la justicia”.

casos que llenen sus expectativas de ayuda”.

Ravinet agrega que como institución también tienen que hacerse cargo de las heridas que ha dejado la pandemia. “En estos tiempos de convulsión y cambio hemos visto que los grupos más vulnerables han sido los más afectados. Junto a la pobreza dura, también ha aumentado la pobreza legal: la percepción de la población sobre el acceso a la justicia mirada como un privilegio, más que un derecho, se ha disparado en la pandemia, y queremos honestamente poder ayudar en esto, y ahí también nuestros abogados son unas antenas que pueden traer casos y ayudar”, puntualiza.